Se presenta un junio caliente para las relaciones entre el Gobierno y los sindicatos. El malestar sindical por el viraje político del Gobierno crece cada día y ayer se plasmó en declaraciones con un profundo sabor a huelga general. "Probablemente" se convocará una huelga general, aseguró el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, en una asamblea del sindicato en Alicante.
Para Toni Ferrer, secretario de Acción Sindical de UGT, "las huelgas se hacen cuando hay razones y hoy hay más razones que ayer", aseveró. Los máximos órganos entre congresos de ambos sindicatos se reunirán el próximo jueves por separado, aunque a la misma hora, para decidir la graduación de la respuesta de los trabajadores.
Los sindicatos están sondeando a la sociedad para tomar la decisión
Por lo pronto, Toxo ha asegurado que CCOO, "en unidad de acción con UGT, trabaja desde ya como si este país fuera a vivir huelga general", preeparados por si se dan las circunstancias para convocarla. El trabajo previo a la convocatoria del paro es la labor de campo para que los sindicatos tomen el pulso no sólo a las bases, si no también a la sociedad en general, explica Ramón Górriz, secretario de Acción Sindical del mismo sindicato.
Los líderes saben que la bala de la huelga general, el arma más contundente que tiene la lucha obrera en España, no puede ser utilizada en vano. Y, por eso, como aseguraba Ferrer recientemente, se ha puesto en marcha "la máquina de engrasar" la huelga. El principal objetivo es pulsar los resortes de la opinión pública para estar seguros de que la convocatoria tendría el respaldo suficiente.
En el horizonte está la convocatoria de paro general de los funcionarios el próximo 8 de junio y, previsiblemente, una llamada a una movilización general en toda España, que puede ser la antesala a la huelga. Toxo lamentó que un paro general "no va a crear los empleos que necesita este país" y calificó de "drama" ese escenario, incluso en el caso de que fuera "necesario".
Corbacho apunta a las centrales como responsables del Diálogo Social
Reforma laboral en peligro
En el discurso de las últimas 48 horas de los sindicalistas, se aprecia además un nuevo matiz respecto al Diálogo Social. Hasta ahora, la convocatoria de la huelga general parecía estar supeditada a un "decretazo" en el mercado de trabajo, pero conforme transcurre el periodo de reflexión posterior al plan de ajuste, la justificación ya no parece necesaria. "La quiebra de confianza en el Ejecutivo se está consolidando e instalando entre nosotros", apuntó Toxo.
Ayer, precisamente, el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, aseguró que el hecho de que la reforma se apruebe por decreto "dependerá o no de los sindicatos".
Estas declaraciones no han sentado bien en el entorno sindical. Ferrer contestó al ministro que "no saque la pelota fuera de su campo. Si realmente quiere beneficiar al proceso de negociación, debería estimular la negociación y no hablar de imposiciones". El plazo para cerrar un pacto en el Diálogo Social es mayo, pero los negociadores se han enzarzado en los temas más espinosos de la propuesta del Gobierno; esto es, modelos de contratación y causas del despido.
La semana que viene están previstas reuniones a diario, con el fin de acelerar el proceso, que en los últimos tiempos se estaba desarrollando de forma bilateral entre patronal y sindicatos. Sobre la mesa está la posibilidad de que el Gobierno utilice el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) para subvencionar el coste del despido en algunos contratos. También está la peliaguda cuestión de aclarar qué es un despido objetivo, un punto en el que la patronal quiere añadir nuevos supuestos.
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