miércoles, 16 de junio de 2010

Violentos habituales

El 80% de las agresiones las cometen las mismas personas, denuncia el CESM, el sindicato de médicos • Los profesionales son más vulnerables de noche y en los pueblos

Así reza el eslogan de la Consejería de Sanidad contra las agresiones al personal de Sacyl.

Valdivielso
I. Elices / Burgos

Luchar contra las agresiones no resulta sencillo, «porque siempre hay personas con predisposición a la violencia». Fernando García Picón, presidente de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) de Burgos, admite que «una parte de los casos que se dan son difíciles de detectar». Por ello, en su opinión, la Administración debe seguir empleando recursos para mejorar las medidas preventivas.
A su juicio, todo esfuerzo en pos de la seguridad «está muy bien». Pero pone en entredicho la eficacia de algunos de los sistemas que más se están aplicando. De los timbres antipánico dice que «mejor esto que nada», pero «el problema es quién acude a la llamada y cuánto tarda». Y es que hay ocasiones en que la agresión «se produce en segundos, y entonces el timbre ya no sirve de nada».
En su opinión el dispositivo que más resultados da es el de los vigilantes de seguridad. En su opinión, «no solo los servicios de urgencias de los hospitales deberían estar dotados de estos profesionales, sino también los centros de salud». Su presencia es «la medida más eficaz, porque la gente se lo piensa dos veces si tiene que enfrentarse a un vigilante», afirma.
De las cámaras de seguridad critica que valen de muy poco a priori. «Valen para identificar al agresor ante la Policía o como prueba ante un juzgado, pero no sirven para repeler ni disuadir a nadie», señala García Picón.
El presidente del CESM describe una circunstancia curiosa. La mayor parte de las agresiones son programadas. No es que sean premeditadas, «pero sí se ven venir». «El 80% de las agresiones son cometidas por las mismas personas, pero si no hay nadie para impedirlo, van a volver a hacerlo», se lamenta. Contra lo que la mayoría pueda pensar, «las agresiones debido a un calentón son las menos».
Algo que contribuye a reducir las agresiones no tiene que ver con los dispositivos de seguridad. Se trata de las últimas sentencias judiciales, que están condenando a los autores a penas de cárcel. «El hecho de que se impongan penas graves, es muy importante», agrega.
También lo es que el personal afectado ponga la denuncia. Aunque en algunos casos resulte difícil. Y es que en algunos pueblos, muchos agresores amenazan a los profesionales con el típico «sé dónde vives», por lo que muchos no se arriesgan a ir al juzgado.
La mayor parte de las agresiones se producen de noche, en el momento en que el que el personal sanitario «es más vulnerable». «Se aprovechan de que hay menos gente para defenderte», indica. En los centros de salud de los pueblos, «están muy expuestos». «Un médico y un enfermero tienen que lidiar toda la noche con cualquiera que acuda con una presunta dolencia; y vete tu a saber si van a allí a resolver algún conflicto surgido en consulta por la mañana», se pregunta.

Los datos

47 incidentes relacionados con las agresiones en 2009.


69 profesionales estuvieron implicados en una agresión.


87 denuncias en Castilla y León para 408 agresiones.


61% de los casos son agresiones verbales.


21% de las agresiones son de carácter físico.


18% de los casos son de violencia psicológica.

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