Cuatro encapuchados asaltaron a punta de pistola un chalé en El Ejido la madrugada del martes y regresaron apenas 24 horas después para recuperar una cartera de su propiedad olvidada y hacer un nuevo registro de las piezas de la vivienda a las que no habían accedido el día anterior, a pesar de que el propietario había denunciado ya el robo a la Guardia Civil.
Los asaltantes registraron el primer día en profundidad la planta baja del chalé, tras amenazar con pistolas a los dos vigilantes, de nacionalidad marroquí, que se encontraban en un solar contiguo a la vivienda, puesto que el dueño estaba de viaje en Barcelona.
El único miembro de la banda que les habló lo hizo en árabe dialectal, y llegó a apuntarles en la cabeza con su arma para obligarles a encerrarse en una caseta de obra y, a continuación, forzar la puerta de entrada del chalé, destrozar la alarma, que no llegó a sonar, y acceder a su interior, donde permanecieron durante varias horas en la madrugada, según Luis Fernández Moreno, propietario de la casa y de la empresa de compraventa de automóviles Auto Balerma, situada a pocos metros.
Una vez dentro del chalé, los cuatro encapuchados hicieron un minucioso registro en busca, expresamente, de dinero y joyas, pues dejaron televisores, equipos de música e incluso el coche del dueño, un BMW de gran valor, aparcado en el recinto de la casa, aunque sí se llevaron sus llaves.
Luis Fernández está convencido de que sabían perfectamente lo que querían, sobre todo dinero. Para ello destrozaron muebles, rajaron colchones y sillones, y llegaron a abrir las tapas de la instalación eléctrica, en las lámparas, los respiradores del aire y los desagües de bañeras.
Curiosamente, ni siquiera intentaron forzar la caja fuerte, después de que en un robo anterior, el pasado agosto, consiguieran abrirla sin encontrar en ella dinero. Aunque apenas consiguieron 300 euros en metálico, se apoderaron de joyas y otros artículos, como relojes, valorados en más de 12.000 euros.
El propietario presentó el martes por la mañana una denuncia ante la Guardia Civil y decidió dormir ese día en un hotel de Valencia, esperando que los agentes entraran en el chalé para tomar huellas y recoger pistas, por lo quiso mantener la vivienda tal cual la habían dejado los asaltantes, incluso con la puerta principal abierta, tras ser forzada, entendiendo que se encontraba bajo custodia de la Benemérita.
Cuál no fue su sorpresa cuando en la madrugada del martes al miércoles recibió la llamada por teléfono de uno de los vigilantes, diciéndole que los encapuchados habían vuelto y que habían llegado a disparar al aire para encerrarle de nuevo en un camión.
Los atracadores entraron de nuevo impunemente a la casa. «Cogieron una cartera negra que les pertenecía y que se habían dejado olvidada, porque no era mía, y quienes entraron en la casa por la mañana la vieron en el suelo de una habitación», dice Fernández.
No obstante, los encapuchados aprovecharon esta segunda visita para «reventar» la puerta de la segunda planta y registrarla también, algo que no habían hecho la noche anterior. Los primeros agentes de la Policía Judicial de la Benemérita acudieron para tomar huellas la mañana de ayer jueves, dos días después del primer robo.
Luis Fernández se lamenta de la impunidad con que actuaron los ladrones y de la alarmante falta de seguridad en la zona desde hace unos meses. «Hasta el pasado mes de agosto no había sufrido ningún atraco, pese a que tengo el negocio desde 1990, pero desde ese mes me han robado siete veces en la empresa, siete coches, y tres en la casa», afirma.
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