"Ha sido un susto tremendo, podría haberlo matado", dijo ayer José Luis Casaleiro, propietario de la estación de servicio de la calle Holanda, en referencia al atraco que sufrió uno de sus empleados a media tarde del jueves. Dos individuos, jóvenes (entre los 20 y 30 años), cometieron el asalto al surtidor que abandera Repsol, ha podido determinar el Cuerpo Nacional de Policía. Mientras uno de los atracadores quedaba apostado en el exterior a los mandos de una 'scooter', el otro irrumpió en la gasolinera. Sólo había un empleado en esos momentos. "El tipo forcejeó con el chico, que se le resistió. Fue valiente. El otro hizo el disparo -explica el empresario-. La bala le chamuscó la oreja y el pelo. Por eso digo que podría haber pasado algo muy grave". La bala impactó en la panera del establecimiento e hizo saltar algunas astillas.
La Policía cotejó posteriormente que el arma empleada en el asalto es real: un revólver del calibre 38. No se halló el casquillo (el revólver no lo expulsa como las pistolas). Este arma es ampliamente usada por los vigilantes jurados y también el 092 cuenta con algunas. La Policía tendrá que investigar su origen.
Tras hacer el disparo el atracador salió corriendo sin conseguir ningún botín. "La verdad que, por lo que me contó, todo fue muy rápido, en un instante", explicó ayer el industrial a este medio. "Anoche estábamos muy nerviosos, es la primera vez que nos pasa algo tan grave en esta gasolinera", agregó. Los dos delincuentes llevaban puestos cascos integrales y huyeron en el 'scooter' a toda velocidad. La Policía acordonó sin éxito las zonas colindantes ya que, indicaron fuentes policiales, el primer aviso de alarma indicaba que el asalto frustrado se produjo en la estación de servicio de Las Copas, situada enfrente prácticamente. Los trabajadores de la segunda gasolinera así lo refrendaron la noche del jueves a este periódico.
Una posterior revisión médica al trabajador afectado, de unos 42 años de edad, permitió determinar que tiene una perforación en el tímpano a consecuencia de la detonación del cartucho, añadió el empresario.
Mientras los investigadores de la Policía ya analizan las imágenes captadas por las cámaras de seguridad de la gasolinera para identificar y detener a los delincuentes. También se barajan otras pistas para esclarecer el caso que ha despertado preocupación al haberse empleado un arma no simulada. El industrial recordó que este tipo de negocios está obligado por Ley a tener sistemas de seguridad como las cámaras de videovigilancia. Cuando se produjo el asalto no había ningún cliente en la estación, que ayer, al mediodía, estaba llena de público.
Casaleiro indicó que no descarta contratar un servicio de vigilancia privado -"y armado", puntualizó- ante la gravedad de lo ocurrido.
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