domingo, 9 de septiembre de 2012

´Las cámaras son necesarias porque la prostitución está descontrolada´


M. REYES
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
Marisol Chaparro y Antonio Rodríguez viven en Arenales desde hace bastantes años, un barrio que respira por la vitalidad de sus institutos y colegios hasta chocarse con la encrucijada de la prostitución. De esas y otras peculiaridades hablan para LA PROVINCIA / DLP.
ARENA Y CASAS TERRERAS
Marisol Chaparro Cáceres (MCH): Llevo en el barrio 44 años y es maravilloso. Siempre hemos estado rodeados de ciertas cosas, como la prostitución, pero eso no causaba daño ninguno. La zona es inmejorable, céntrica pero supertranquila. De pequeños, nuestra ilusión era llegar a la plaza de La Feria para tirarnos como locos con las bicicletas. La plaza era un cuadrado sin nada, hasta que nos pusieron ahí a don Benito y las rampitas. También recuerdo ver el mar desde mi casa. Vivía en León y Castillo, cuando Arenales era un barrio de casitas terreras. Todo eso ha desaparecido.
Antonio Rodríguez Montesdeoca (AR): Sí, esa identidad se ha perdido. Antes teníamos como estandarte la famosa chimenea de la calle Agua Dulce, pero ahora no la puedes ver porque está rodeada de tanto edificio. En cualquier fotografía de principios del siglo XX se veía la chimenea sobresaliendo, era de la antigua fábrica de jabones. Toda esa parte emblemática ha desaparecido y la gente como yo, que venía del campo, siente nostalgia. De la arena de Los Arenales ya no queda nada.
MCH: Sí, también recuerdo la fábrica de las papas fritas La Canaria en la calle Matías Padrón. Ibas a comprarlas calentitas, te las embolsabas y mejores papas que esas no han existido nunca en la vida.
AR: Y la cervecería La Salud, que estaba al principio de Canalejas. Me acuerdo que venía del campo en el famoso Pirata, me bajaba ahí y me tomaba mi jarrita de cerveza fresca con unos manisitos. Lo hacía todos los domingos y luego me iba para mi casa. Eso era fabuloso. Hacían la cerveza ahí mismo hasta que la absorbió La Tropical.
MCH: La cervecería no hace mucho que la quitaron. El otro recuerdo que tengo es el de la prostitución, porque esa zona siempre ha estado ahí. Antes era silenciosa y respetuosa. Nunca molestó para nada. Todo el mundo sabía dónde estaba, pero nadie se metía con nadie y la gente iba de forma discreta. Me acuerdo que con 14 años salía del instituto nocturno, cogía Carvajal a las 11 de la noche y era la forma más segura de llegar a casa. Sabías que existían bares por las lucecitas rojas y el olor ese tan fuerte al perfume que usaban, pero nadie se metía contigo. Agachabas la cabeza y pasabas de largo. Mi padre siempre aparcaba en la calle Castrillo. Una mañana se encontró el coche chocado. Nadie dijo nada, pero por la noche, cuando llegamos del campo, se encontró una nota debajo de la puerta con el nombre y la dirección de la persona que le había dado el golpe. Ellas siempre han respetado y cuidado a los vecinos.
AR: El problema es que en los últimos cuatro años la situación se ha descontrolado. Por eso la asociación de vecinos ha pedido las cámaras de seguridad. Se están instalando dos porque la gente hace sus necesidades en la calle, los niños tienen que evitar esa zona y hay un colegio que está en el mismo foco de la prostitución. Las prostitutas no son culpables de eso, contra ellas no tenemos nada. El problema es lo que acarrea esa actividad, es decir, la droga y todo el tinglado que hay a su alrededor. A base de rogarles y hablar con ellas hemos conseguido que se quiten para que los niños no contemplen el espectáculo por las mañanas. Por lo demás todo continúa igual, incluso se está extendiendo a la calle Guimerá, que es la trasera de Tomás Morales. En un radio de 40 metros hay cinco casas de prostitutas. He tenido que llamar a la policía infinidad de veces porque por la noche hay unos escándalos impresionantes.
MCH: Las cámaras pueden dar seguridad, pero las prostitutas van a seguir ahí, porque cada una es muy libre de hacer con su cuerpo lo que le dé la gana. No nos metemos con eso, pero hay que garantizar la seguridad para todos los vecinos de la zona. Espero que los delincuentes se corten un poco ante las cámaras.
ABANDONO
AR: Otro problema derivado de los escándalos de la prostitución y del cierre de negocios por la crisis es la cantidad de casas abandonadas. Hay un montón de viviendas vacías y muy deterioradas. La imagen que tiene el barrio en Matías Padrón, Suárez Naranjo y Pamochamoso da mucha pena. Hace poco tuve que rogarle al concejal de Limpieza para que viniera a limpiar un solar porque la cantidad de hierbas, piojos, pulgas, ratones y cucas era inmensa.
MCH: Sí, estoy de acuerdo. En esas casas vacías se suele meter gente a vivir. En León y Castillo hay una vivienda que tiene ocupas. Si pasas por ahí notas qué casa es por el olor que despide. Está al lado de una tiende de moda, otra de comidas preparadas y una panadería. Enfrente hay una dulcería. ¿Te imaginas el cuadro?
AR: Espero que la cosa mejore a partir del día 15, porque el Ayuntamiento se ha comprometido a poner en marcha un plan de limpieza para eliminar chicles de las aceras y pintadas de las paredes. También se va a buscar a los dueños de los solares abandonados para tratar de arreglarlos. Espero que esto funcione y se adecente bastante el barrio. Las cuadrillas irán por todos los distritos, pero en Arenales estarán del día 15 al 30.
MCH: A mí me gustaría que arreglaran las aceras. Hacen edificios nuevos y con la nueva normativa ponen aceras altas, pero la casa vieja que está al lado sigue con la acera bajita. He visto caerse en ese desnivel a mucha gente. Hace poco tuve que recoger a una señora mayor del suelo. Sé que no hay presupuesto porque estamos en un momento económico difícil, pero deberían hacer un esfuerzo para solucionar eso, porque la gente mayor tiene dificultades para pasear por la calle. También hay muchos dueños que no son conscientes de las meadas de sus perros. Me paso todo el día regando las aceras con zotal. Una vez me llamó la atención un policía municipal, pero le respondí que lo que no se puede hacer es vivir entre porquería.
AR: Eso es verdad. Arenales reúne condiciones para caminar porque es un barrio llano, pero a veces he tenido que quitarme los zapatos para entrar en mi casa. El Ayuntamiento quiere intensificar la vigilancia para multar a los dueños de los animales. Me preocupan más las aceras, porque el asfalto se quedó bastante bajo respecto a los bordillos y ahora no tienen presupuesto para arreglarlo. No sólo afecta a los mayores, sino también a la gente que se baja de los coches.
El CENTRO CÍVICO
MCH: Lo que no veo son los parquímetros que han colocado para residentes. Me pregunto para qué pagamos el impuesto de circulación. Los pobres que ganan 800 euros y vienen a trabajar se les va la mitad en el parquímetro. Además, los vigilantes están a la caza y captura de los conductores. No les dejan ni enfriar el motor. El otro día multaron a una cliente que sólo aparcó para recoger la niña de la guardería.
AR: Bueno, después de que colocaron la zona verde hay más aparcamiento para los vecinos que antes no tenían donde estacionar. En mi zona, por ejemplo, no hay zona verde, así que si no te buscas un garaje estás perdido. Por eso no la veo mal. El problema es que no funciona como debería. ¿Por qué los vecinos que viven en Pamochamoso no tienen acceso a Canalejas? Hay que flexibilizar eso y dialogar para llegar a un punto de encuentro.
MCH: El mayor problema lo tienen quienes viven en casas viejas, porque la mayoría de viviendas son terreras que no tienen garaje. La zona verde está bien para estos vecinos. ¿Pero qué pasa con el trabajador que se desplaza a esta zona? Para mí es tan vecino como nosotros porque se pasa la mitad de su vida aquí.
AR: Sí. Además, si vienes de fuera, sólo puedes aparcar una hora en la zona verde y a un precio más caro que en la azul. Eso es lo que no me termina de convencer. A ver si nos ponemos de acuerdo para mejorar el sistema, porque Arenales necesita aparcamientos. Creo que quieren hacer 300 plazas subterráneas en el Obelisco, pero eso tampoco solucionará el problema. Lo ideal sería buscar solares y casas abandonadas para hacer estacionamientos en altura, como ya hicieron en Rafael Cabrera.
MCH: Ese problema es menor en la zona nueva, la de los edificios de la Gran Manzana. Desde Paseo de Lugo a San Telmo hay más parques y se ven parejas jóvenes paseando con sus hijos. Eso, los institutos, el Politécnico y el Colegio Claret le dan vitalidad al barrio, es una seña más de identidad.
AR: El nuevo centro cívico también funciona muy bien. Estamos dinamizando la parte más antigua del barrio con cursos de pilates o mantenimiento físico. El año pasado movimos a casi 800 vecinos y este año esperamos llegar a las 1.000 personas. Sólo se paga una cantidad mínima en concepto de mantenimiento.
MCH: No he estado nunca, pero me han hablado muy bien de él. Está pensado para personas mayores o que disponen de tiempo para el ocio, y eso también le da vitalidad al vecindario, porque esa es la segunda juventud

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