Jacobo Martín volvía a su puesto de trabajo como vigilante de seguridad en la planta de reciclaje de Los Barrios después de un mes de baja por depresión cuando descubrió que alguien lo había reemplazado. Fue despedido y la empresa para la que trabajaba, Urbaser, que lo había contratado a través de Dalmaterra, ni siquiera se lo había notificado, según explicó ayer el padre del afectado, que añadió que prescindieron de sus servicios porque su ex mujer, sobre la que pesa una orden de alejamiento que le impide acercarse a Jacobo durante seis meses, le acusó de un robo que se produjo hace alrededor de un año en la planta de reciclaje.
El padre aseguró que los dirigentes de Urbaser reconocieron que no había ninguna prueba de que el robo lo hubiera cometido Jacobo, ni siquiera en las grabaciones de las cámaras de seguridad. A pesar de que -según el padre del afectado- no hay ninguna evidencia que demuestre su culpabilidad, Jacobo no puede volver a su puesto.
De hecho, Dalmaterra le ofrece seguir su trabajo de vigilante en otras empresas, pero Jacobo quiere limpiar su nombre y que se sepa que él no ha robado nada y que todo es una venganza de su ex mujer. Por eso se manifestó ayer junto a su padre en los exteriores de la planta de reciclaje. Su padre aseguró que continuarán con la reivindicación hasta que la empresa Urbaser admita que se han equivocado con su hijo. Este diario intentó ponerse en contacto con los dirigentes de Urbaser sin resultado.
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