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sábado, 16 de abril de 2011
IU exige la retirada de las cámaras de videovigilancia de la Encarnación
Torrijos apunta que el proyecto podría vulnerar la legalidad y recuerda que la libertad debe primar sobre la seguridad · Los vecinos y comerciantes se muestran partidarios pese a que se grabe la calle
El candidato de IU a la Alcaldía de Sevilla, Antonio Rodrigo Torrijos, exigió ayer la retirada de las cámaras de videovigilancia que la empresa Sacyr ha instalado en el Metropol Parasol de la Encarnación y que graban tanto el espacio público de la plaza como varias calles del entorno. En un comunicado remitido a este periódico, Torrijos recordó la postura que la federación de izquierdas siempre ha mantenido acerca de la videovigilancia, "colocando siempre la libertad de las personas por encima de la seguridad".
Torrijos lamentó que las cámaras de vigilancia enfoquen "claramente" calles aledañas al Metropol. "Podríamos encontrarnos ante una vulneración de la legalidad vigente, con la circunstancia añadida de que ni siquiera se ha señalizado la existencia de estos dispositivos. Sólo admitiríamos estudiar la permanencia de las cámaras imprescindibles para garantizar la seguridad del bien, siempre que no existan otros métodos menos intrusivos. Lo que no podemos tolerar es que haya cámaras grabando el movimiento y el tránsito de los sevillanos sin que ellos mismos lo sepan", apunta Torrijos.
El alcaldable de IU también se cuestionó "quién o quiénes son las empresas o personas encargadas de custodiar estas imágenes y qué usos piensan darle a esos datos". Las grabaciones son controladas por el jefe de mantenimiento del Metropol y una empresa de seguridad privada, según explicaron el jueves fuentes de Sacyr, cuando la normativa exige que las imágenes de la vía pública deben estar en manos de las Fuerzas de Seguridad del Estado.
Torrijos explicó que no cuestiona el trabajo de nadie, pero sí que se trata de una situación que genera "incertidumbre" entre los ciudadanos, de ahí que instara a la empresa concesionaria de las setas a que retire las cámaras. De lo contrario, "estudiaremos las medidas jurídicas a tomar para asegurar la libertad de los ciudadanos que transiten por el entorno de la plaza de la Encarnación". El líder de IU también señaló que el Ayuntamiento no tiene conocimiento oficial de la instalación de estos aparatos, algo que achacó a "una medida unilateral de una empresa privada que no ha sido previamente comunicada a los responsables municipales, lo que hace aún más necesaria su retirada".
Para poder filmar las calles y los espacios públicos, es necesario obtener un permiso de la comisión de videovigilancia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA). En Sevilla existe un precedente con los comerciantes del centro, que promovieron la instalación de cámaras en las principales calles comerciales de la ciudad y lograron obtener esta autorización judicial tras años de trámites.
Sin embargo, el proyecto está estancado desde la llegada de IU a la delegación municipal de Economía. La federación de izquierdas siempre se ha mostrado reacia a la videovigilancia al considerarla una intrusión en la esfera privada de las personas. Además de esta postura, IU y los comerciantes chocaron en el asunto de la financiación, puesto que la federación pretendía que el proyecto lo asumiera por completo el comercio y éste solicitaba una financiación conjunta con el Consistorio.
Por su parte, los vecinos y comerciantes de la Encarnación ven la instalación de cámaras como algo positivo para evitar posibles actos vandálicos. "Es un asunto complejo. Si es ilegal estoy en contra, por supuesto. Pero ya desde antes de la inauguración hay grupos de chicos con monopatines y bicicletas que utilizan las escaleras para lanzarse desde arriba. Y creo que incluso han tenido que repintar las escaleras ya. Es cierto que las cámaras pueden violar la intimidad, pero en esta ciudad el nivel de vandalismo es alto y pueden ser un instrumento disuasorio", explicaba Juan, vecino de la calle Regina. Para los turistas tampoco es algo negativo. "Tenemos tantas cámaras en todas partes que lo vemos como algo normal", señalan Marian y Lola, dos mujeres procedentes de San Sebastián y Zaragoza.
Entre los comerciantes hay mayoría de partidarios de las cámaras. "Aquí nadie se ha quejado, creo que están muy bien puestas aunque graben la calle. Todo lo que sea reforzar la seguridad me parece bien", explica José Guillén, uno de los trabajadores del bar Encarnación, ubicado dentro del mercado. De lo que sí se queja el comercio es de las cámaras del plan centro, como recuerda José Manuel Basalo en la Cuchillería Regina. "El plan es nefasto para el cliente porque se le expulsa del centro, y por tanto hemos notado una bajada importante de ventas. Esas cámaras no las queremos. Las de vigilancia ni las habíamos visto".
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