Los hurtos son relativamente frecuentes en el Hospital Xeral. Esta vez los ladrones cambiaron de centro sanitario. Uno de ellos se personó en el centro de especialidades de A Doblada dispuesto a llevarse lo que encontrase de valor. Pero las alarmas saltaron y los vigilantes de seguridad acudieron raudos. Agentes de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la comisaría de Vigo detuvieron a un varón de 43 años, de nacionalidad española y vecino de la ciudad, como presunto autor de un delito de robo con fuerza, aunque no pudo llevarse ningún ordenador ni objetos de valor porque fue descubierto.
Los hechos tuvieron lugar el sábado por la tarde en el centro ubicado en la calle Faisán, donde el individuo fracturó el cristal de una puerta de emergencia y una vez dentro hizo lo mismo con la puerta de un despacho. Fuentes del Sergas indicaron que el centro se encontraba cerrado en ese momento y precisaron que está dotados de sistemas de vigilancia muy eficaces. El sistema activó la alarma y una dotación de guardias de seguridad recorrió el edificio y sorprendió al ladrón en el interior. El personal de seguridad logró retenerle hasta la llegada de una dotación de la Policía Nacional que había acudido tras el requerimiento efectuado por la empresa privada de seguridad, que realizó una llamada a
la sala del 091.
Los agentes procedieron entonces a la identificación y detención del hombre, al que le constan dos antecedentes policiales anteriores, y a su traslado a comisaría. El delincuente pasó a disposición del juzgado de instrucción número dos de Vigo en funciones de guardia.
Fuentes sanitarias recuerdan la importancia de custodiar bien las pertenencias cuando se acude a un centro sanitario. Hay delincuentes especializados en robar al descuido que no tienen ningún problema en penetrar en las habitaciones incluso de los enfermos más graves. Uno de los más famosos es Víctor Manuel R.A. alias, El Canario, porque es natural de esta comundiad aunque está domiciliado en el Casco Vello. En el año 2008 robó a ocho pacientes que se encontraban ingresados en Povisa. Los objetos depositados en las mesillas fueron su botín. En total se hizo con siete teléfonos móviles, una cartera, las llaves de un piso y 50 euros.
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