jueves, 13 de enero de 2011

Nuevo producto de exportación: el Rambo holandés

A menudo, ex militares holandeses están activos como guardias de seguridad privados en zonas peligrosas. Algunos protegen barcos de empresas holandesas contra ataques de piratas en el Golfo de Adén. Pero, el uso no autorizado de armas causa preocupación.
En un informe publicado esta semana por la organización Campaña Contra el Comercio de Armas, se sugiere que la proliferación de estas pequeñas empresas puede dar lugar a abusos. En Holanda y en los navíos holandeses se prohíbe el uso de armas por guardias de seguridad privados. Pero, en el extranjero y para barcos que navegan bajo bandera de otro país, rigen otras reglas, explica Mark Akkerman, quien investigó estas empresas.
‘Hasta donde hemos podido averiguar esto no es ilegal,” comenta Akkerman, “y la ocurrencia de este tipo de cosas delata un vacío en la legislación. En Holanda hay directrices claras sobre las atribuciones que tienen los guardias de seguridad privados. Por ejemplo, los vigilantes no pueden portar armas de fuego cuando realizan sus rondas. Pero, en la práctica, rara vez se controla a estas empresas en el extranjero.’ La organización Campaña Contra el Comercio de Armas quisiera que se restringiera a estos Rambos el porte de armas también en el extranjero y en el mar.
Peligroso
Marco van Hees, director de Specops, una empresa que brinda protección a buques contra piratas, opina que las armas son necesarias justamente en regiones donde hay piratas, porque de otra forma se corre gran peligro. Specops, firma que cuenta con 65 miembros de personal, respeta las reglas para el uso de armas en los barcos, razón por la cual las armas están prohibidas en naves holandesas, y es necesario recurrir a un artificio.
“Entonces,” agrega, “se debe usar armas en los embarcaciones de patrullaje que navegan bajo bandera de otro país, naves que puedan navegar cerca de las holandesas y que se encarguen de que éstas tengan un viaje seguro por el Golfo de Adén y el Océano Índico.’
Proliferación
Van Hees, quien también participó en una misión de Naciones Unidas en Srebrenica antes de que el enclave cayera en manos de los serbios y éstos perpetraran la matanza de 8 mil musulmanes, reconoce la gran proliferación de empresas se seguridad privadas holandesas, y admite que sobre todo antiguos compañeros del Ejército lo consideran una fuente de ingresos.
“Hay personas que piensan: esto es negocio redondo, una buena inversión. Y quienes han estado en la Marina lo ven como una oportunidad, explotan un poco su reputación de ‘marinos’, y recurren a amistades que están dispuestas a trabajar para ellos.
Asimismo, otras empresas que brindan protección contra piratas, como Schütz&Swart, realizan su trabajo con observancia de las reglas. El director, Jeroen Schütz, recalcó que su firma tiene una comisión de supervisión que verifica si los trabajadores se atienen a las instrucciones impartidas por los especialistas sobre el empleo de violencia.
Cursos de tiro
La organización Campaña Contra el Comercio de Armas manifiesta su preocupación sobre empresas de, sobre todo, ex militares, que ofrecen cursos de tiro en el extranjero con uso de munición real, los cuales, a menudo se imparten en Israel. Los participantes suelen ser personas que desean incorporarse a la industria de la seguridad. Mark Akkerman precisa que, en Holanda, estos cursos están prohibidos, y es partidario que también se prohíba su oferta en el extranjero.

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