jueves, 13 de enero de 2011

Luchar contra 2.000 tumores

Un joven con síndrome de Cowden pide ayuda para someterse a un tratamiento experimental en EE.UU.



Asegura que está desesperado pero pocas veces pierde la sonrisa. Paco Sanz lleva dos años luchando por su vida mientras 2.000 tumores, repartidos por todo su cuerpo, le llenan los días de dolores, sangrados y tristeza.
Este valenciano padece el llamado síndrome de Cowden, una rara enfermedad que lo convierte en un fabricante literal de tumores. En la piel, el pecho, el tracto intestinal el endometrio o el cerebro. La cruda lotería de esta dolencia puede desencadenarle en cualquier momento un cáncer de pecho, de endometrio, tiroides, testículos o intestinos.
«Tengo seis tumores en cada testículo pero estoy completamente lleno, desde la boca hasta el ano», afirma sin tapujos. Su historia podría formar parte de un capítulo de House pero esta enfermedad fuera de la pantalla es una experiencia «dura de verdad. Para mí y para mi familia, que lo está pasando fatal».
Su alteración genética comenzó a materializarse con 38 años cuando empezó a perder pelo de forma exagerada. «Poco después de volver de un viaje como cooperante en Senegal me quedé calvo y sin cejas. Fui de consulta en consulta y hubo quien me soltó que lo que tenía era cáncer y que me estaba muriendo. Después de hacerme muchas pruebas me diagnosticaron la enfermedad de Cowden y como en España no me daban esperanzas ni posibilidad de tratamiento me marché a Estados Unidos», detalla.
Allí comenzó un proyecto experimental. «Soy el número ocho del estudio pero ya no tengo dinero para continuar. En este tiempo he perdido mi trabajo y he tenido que vender mi casa y el coche», detalla.
Para contar su caso acaba de crear una página web en la que explica cómo ataca la enfermedad y pide ayuda económica para volver a Estados Unidos a finales de febrero. El ensayo clínico en Maryland dura casi tres años. «Sé que no me curaré. Sólo busco calidad de vida. Con la medicación me pueden reducir el volumen de los tumores y hacerme reconocimientos preventivos con colonoscopias mensuales y todo tipo de controles para evitar que desarrolle un cáncer», explica resignado.
Para conseguir algo de dinero Paco trabaja como vigilante de seguridad los fines de semana pero «gano muy poco y tengo muchos dolores, casi nunca me encuentro bien. Por eso pido ayuda», señala.
Se estima que este síndrome afecta a una de cada 200.000 personas y se produce por la mutación de un gen. A Paco esta alteración metió su vida en una lavadora que centrifuga a toda velocidad sin que nadie ni nada pueda pararla. «Nunca pensé que pudiera pasarme algo así. Te despiertas un día y todo se convierte en una pesadilla».
En su web www.ayudapacosanz.com, este joven lamenta que las investigaciones médicas en España no puedan, a día de hoy, aportarle, al menos, un poco de esperanza. Por eso está dispuesto a buscarla al otro lado del charco.

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